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Querida lectora o lector,
No es un feriado, los escolares no tienen el día libre, no hay grandes ofertas en las tiendas—pero el primero de abril es una fecha muy celebrada.
April Fool’s Day (Día de los Tontos de Abril) es ocasión para tratar de engañar a compañeros, amigos o familiares con cuentos absurdos. Y si caen, se les canta “April Fool!” (¡Tonto de abril!). (Los franceses dicen “Poisson d’avril” y los italianos “Pesce d’aprile!” o sea, en efecto “Pescado de abril”.)
Las bromas del primero de abril pueden ser impresas también: muchos periódicos tenían la tradición de imprimir una primera plana falsa, antes de la verdadera, llena de noticias ficticias y absurdas. Algunos aun lo hacen.
Eso sí: la actual campaña electoral en EEUU ha hecho que sea difícil imaginar noticias falsas más absurdas que las reales.
En el mundo hispano, sobre todo en las poblaciones en mayor contacto con la cultura norteamericana, ha crecido hasta cierto punto la observación del primero de abril como “Día de los Tontos”.
Pero el día equivalente real es el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. La fecha tiene un origen terrible: la bíblica masacre de infantes bajo órdenes del Rey Herodes, que esperaba que se encontrase entre los bebés muertos el Niño Jesús.
De esos trágicos inocentes, a las inocentes víctimas de las creativas mentiras del 28 de diciembre, hay largo trecho. Pero así la cultura popular adaptó y transformó aquella conmemoración.
Cuando alguien cae en una broma de los Santos Inocentes, se le dice “¡Que la inocencia te valga!”
Para redondear con temas más serios, ¿sabía usted que Trump y Sanders han formado una “fórmula de unidad nacional”? Y que Apple está conmemorando el aniversario de Steve Jobs regalando iPads gratis, si uno escribe a free-ipads@apple.com? April Fool!
¡Buenas palabras! Good words!
Pablo
Una anterior versión de este ensayo apareció originalmente en la edición del 25 al 31 de marzo 2016 de La Prensa Latina (Memphis, Tennessee), como la entrega número 174 de la columna semanal bilingüe “Misterios y Engimas de la Traducción/Mysteries and Enigmas of Translation”. Pablo Julián Davis, PhD, CT es Traductor Certificado por la ATA (American Translators Association), inglés>español, e Intérprete Certificado por los Tribunales del Estado de Tennessee inglés<>español, además de entrenador en los campos de la traducción, interpretación y competencia transcultural. Es doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Johns Hopkins, y actualmente candidato al Juris Doctor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Memphis (mayo 2017).