Querida lectora o lector,
Imagine una comida rica y amena compartida con amigos, o en familia con parientes que vienen de lejos. Ya se comió el postre… y viene el café, o algún traguito… tal vez otra confitura… más café… Y a todo esto, siguen la conversación, las anécdotas, los chistes.
Es la clásica sobremesa, en que la charla y la risa son otros platos y bebidas más.
Ya finalizada la comida, viene esa larga sesión que puede ser amenizada con más postre, vino o café… pero donde el plato fuerte siempre es la conversación: la (al inglés casi intraducible) sobremesa.
Y esa palabra tan bella y cómoda, ¿cómo traducirla al ingles?
Todo un rompecabezas, porque “sobremesa” carece de equivalente exacto, ni tampoco muy cercano, en inglés.
Los intentos de traducción que hemos visto (entre ellostable talk, after-dinner conversation, and sitting on after a meal) apenas describen el fenómeno. ¡Y, es que la sobremesa es más que cualquiera de esas cosas!
Pero, como dicen, “es lo que hay”. A veces se traduce por descripción, por inexacta y torpe que sea.
En otras ocasiones, se usa la palabra extranjera. Pasa mucho cuando el traductor necesita transmitir cuán diferente, cuán “otra” es una cultura: es el caso de muchas novelas y textos antropológicos.
Es intrigante preguntarnos por qué una lengua no puede nombrar algo que la otra sí puede. En cuanto a la sobremesa, no es, por cierto, que la cosa no ocurra entre angloparlante. Probablemente, eso sí, ocurre menos; en todo caso, no se le da la suficiente importancia cultural como para asignarle nombre.
Good words!
Pablo
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