Querida lectora o lector,
Con esta entrega se completa la primera treintena de ediciones de esta columna, treinta veces que hemos compartido dudas e inquietudes propias del viaje entre lenguas y culturas, ese traslado que llamamos traducción. ¡Gracias por la buena compañía!
Así podría imaginarse la firma del prócer, hispanizado su nombre de pila
Con el tercer lunes de febrero (día 18 este año) llega la celebración del natalicio del primer presidente de Estados Unidos (comúnmente se llama ‘Presidents’ Day’, que se cree conmemoración tanto de Washington, nacido un 22 de febrero y de Lincoln, 12 de febrero, pero por ley federal sigue siendo Washington’s Birthday).
En el mundo hispano, siempre se refirió al ‘Padre de la Patria’ del Norte como “Jorge Washington”. Recién alrededor de 1975, este uso fue sobrepasado por el de “George Washington”, sin que lo de “Jorge” desapareciera.
Es decir: antes, casi siempre se hispanizaba el nombre del prócer estadounidense (y también el del rey a cuyo dominio sobre las Trece Colonias el General Washington ayudó a poner fin, Jorge III). De igual manera, hasta hace poco prevalecían “Tomás Jefferson”, “Carlos Dickens”, “Juan Sebastián Bach” y “Alejandro Dumas”, en vez de Thomas, Charles, Johann Sebastian y Alexandre, respectivamente.
En esto, el español no es único (hay historias similares con “Giorgio”, “Georg” y “Georges Washington” en italiano, alemán y francés). Pero el fenómeno se dio de manera particularmente intensa en el mundo hispano.
Las razones de aquella costumbre, sin duda complejas, quizá se relacionen con la añeja creencia en una “historia universal”, en una cultura a la que todos pertenecíamos—por lo cual, Washington, Bach y Dickens no eran realmente extranjeros.
Y su declinación, paradojalmente, estaría asociada a la acelerada circulación de textos e imágenes en el mundo contemporáneo. Es que esa circulación está fuertemente influida por la cultura norteamericana y, por lo tanto, por las categorías y nomenclatura del inglés—que, con contadas excepciones como los nombres de santos y de pontífices, no comparte la costumbre hispana que hoy nos ocupa.
Good words!
Pablo
Copyright 2013 por Pablo Julián Davis. Todos los derechos reservados. Este ensayo originalmente se escribió para la edición del 17 de febrero de 2013 de La Prensa Latina (Memphis, Tennessee), como parte de la columna semanal “Misterios y Enigmas de la Traducción”. Pablo Julián Davis (www.interfluency.com) es Traductor Certificado por la ATA e Intérprete Judicial Certificado por la Suprema Corte de Tennessee.
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